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Recomendaciones nutricionales para pacientes con anticoagulantes orales

Los anticoagulantes orales están indicados en la prevención de la enfermedad tromboembólica. De hecho, estos medicamentos  hacen que la sangre tarde más tiempo en coagular, con el fin de evitar la trombosis y/o embolia. Este efecto deriva de su acción antagónica a la vitamina K, sustancia pro coagulante. Es importante que usted sepa que existen interferencias importantes de estos medicamentos tanto con otros medicamentos como con plantas medicinales o incluso con la propia dieta, pudiendo potenciarse o frenarse la acción del anticoagulante que le ha indicado su médico.

1.    Interacciones con los alimentos:

El contenido en vitamina K de su dieta1 puede interferir en la eficacia del tratamiento, favoreciendo tanto un exceso como un defecto. Ello es debido a que la función principal de esta vitamina es intervenir en la síntesis de factores de la coagulación  como la protrombina y a que los anticoagulantes van a ejercer un efecto antagónico del de la vitamina K.  Es conveniente que siga  las recomendaciones dietéticas que le adjuntamos a continuación, que le ayudarán a alcanzar el nivel de anticoagulación deseado. La mayor parte de la vitamina K procede de los alimentos de origen vegetal, especialmente de  las hortalizas/verduras de hoja verde o colores amarillos intensos, como las espinacas, el brócoli, el repollo, la lechuga, (sobre todo la lechuga romana o de hoja roja), las endibias, la col rizada, las acelgas, el perejil, la remolacha, los espárragos. Estos alimentos no están  en absoluto prohibidos pero deben ser controlados en la dieta. Se recomienda tomar  dos raciones de verduras y hortalizas diarias  (preferentemente crudas en una de ellas). Es importante mantener este aporte de forma continuada, evitando alternar  periodos de gran consumo con otros de consumo escaso, lo que daría lugar a importantes fluctuaciones en el aporte de vitamina K a través de la dieta.

Evite realizar modificaciones drásticas en su dieta habitual.  Evite dietas de adelgazamiento con pocos vegetales o aumentar bruscamente la ingesta diaria de alimentos con alto contenido en vitamina K. Comer diariamente brócoli , coliflor, col, col de Bruselas u otra crucífera, en la temporada de este grupo de verduras como lo hacen a menudo los payeses con producción propia, no sería saludable. Como tampoco lo sería consumir grandes cantidades de perejil; el perejil es un alimento muy rico en vitamina K, 100 gr aportan 421 ug. de esta vitamina, de modo que dos cucharadas aportarían un 150% de la cantidad que necesitamos en un día. En España, normalmente, utilizamos el perejil como condimento en pequeñas cantidades, con excepción de alguna salsa como la salsa verde. Las comunidades musulmanas del Norte de África, especialmente de Marruecos, acostumbran a preparar harira, una sopa, que normalmente se sirve como comida  única en el Ramadán o en grandes celebraciones, y que contiene una gran cantidad de perejil y cilantro (2 tazas de perejil y cilantro para 4 personas). En casos así, habría que consultar al médico.

Los alimentos de origen animal no suelen contener cantidades apreciables de vitamina K, por lo que pueden ser tomados sin  preocupación. La principal excepción es el hígado. Este no está prohibido,  pero sí desaconsejamos que lo consuma en cantidad importante o que lo utilice de forma repetitiva. Así, utilizarlo repetidamente a finales de mes (como alimento socorrido por lo económico) y friéndolo con cebolla que, sobre todo si es verde, puede tener un elevado aporte de vitamina K, y podría alterar su grado de control.

En cuanto a los aceites, use  preferentemente aceite de oliva, pero asegúrese de que es aceite de oliva virgen y utilícelo tanto para cocinar como para aliñar y condimentar. Es el aceite más saludable del mundo.  De tres a seis cucharadas al día le aportarán la cantidad de vitamina K que usted necesita. Recuerde que el aceite de oliva, antaño denominado aceite puro de oliva, es un aceite refinado al que se ha añadido un poco de aceite virgen para su comercialización. Este aceite ha perdido en el refinado su parte no grasa, constituida fundamentalmente por vitaminas liposolubles, fitoesteroles, polifenoles  y oligoelementos, entre ellas la vitamina K que necesitamos.

Es importante que no varíe de tipo de aceite, pues su contenido en vitamina K es muy distinto. Si en un momento dado no tiene a su alcance el de oliva virgen puede adquirir el de colza (rico en ácido oleico como el de oliva) o el de soja alto oleico que aportan cantidades ligeramente menores de vitamina K por cucharada. Desestime el aceite de maíz o girasol; aportan muy poca vitamina K y los ácidos grasos que contienen son  menos saludables.

Evite el consumo de alimentos elaborados con aceites vegetales trans. Los contienen las margarinas, sobre todo las endurecidas, y muchos productos de bollería industrial, las galletas,  los alimentos de comida rápida, la “comida basura” y los precocinados). Además de subir el colesterol LDL (colesterol malo),  contienen una forma de vitamina K que puede dificultar el control de la anticoagulación. Fíjese en el etiquetado del alimento y desestime aquellos que en sus ingredientes contenga aceites vegetales parcialmente hidrogenados e hidrogenados.

Tome  tres piezas de fruta al día, variadas y, si puede ser,  repartidas a lo largo del día; escoja preferentemente frutas de temporada. Puede tomar toda clase de frutas,  dado que su aporte de vitamina K es insignificante, excepto el del kiwi, que es de unos  40 mcg por cada 100 g de kiwi. Un kiwi le aportaría el 25% del requerimiento de un día. Esta fruta no está prohibida, pero sí aconsejamos que se consuma en  cantidades moderadas. Evite cambios importantes en cuanto a la cantidad ingerida o un sobreconsumo, como por ejemplo el que hacen algunas personas al comer por la noche una pieza o dos cada día para favorecer el ritmo intestinal.

Recuerde que tomar unos 20-30 g de frutos secos una o dos veces por semana (nueces, almendras, avellanas) no alterará su control. Su usted los toma todos los días hágalo regularmente y sin sobrepasar esa cantidad.

Para completar una dieta saludable incorpore diariamente a su dieta alimentos del grupo de cereales preferiblemente en su forma integral y derivados (pan, arroz, pasta, preferentemente integral) y patatas o similares. Los cereales verdes pueden contener elevadas dosis de vitamina K, pero solo los utilizan en su alimentación las personas que siguen regímenes veganos. Si es su caso, notifíquelo a su médico. Tome legumbres de dos a cuatro veces a la semana. Estos alimentos no contienen cantidades importantes de  vitamina K, excepto en el caso de algunas clases de soja fermentada, habitual en la dieta de los asiáticos; en esos casos puede ser una fuente muy importante de vitamina K. Si usted hace un consumo ocasional y en muy pequeñas cantidades de soja, continúelo haciendo. Si va a substituir la proteína animal por soja fermentada como ocurre en algunas dietas vegetarianas o  veganas, consulte antes a su médico y sobre todo evite cambios severos en su alimentación

Se recomienda tomar al menos dos raciones diarias de alimentos lácteos en su forma desnatada para evitar el aporte de grasas no cardiosaludables. Su aporte de vitamina K es prácticamente inexistente por lo que no hay prácticamente diferencias entre las leches enteras y las bajas en grasas.

Si usted tiene costumbre de tomar con las comidas vino o cerveza (no más de dos vasos al día en los hombres y uno en las mujeres) puede continuar haciéndolo. Pero un consumo elevado de alcohol puede aumentar el efecto de los anticoagulantes y tener otros efectos negativos para la salud.

Si tiene problemas digestivos persistentes (diarrea, vómitos) que le impidan comer normalmente, deberá alertar a su médico y realizar controles de anticoagulación más frecuentemente.

Tenga en cuenta que la medicación anticoagulante debe tomarse a la misma hora y preferentemente media hora antes de la ingesta de alimentos. Recuerde que los anticoagulantes no deben tomarse con antiàcidos (Almax ®,  Maalox®, Alka-Setzer®, etc).

2.    Interacciones de los anticoagulantes orales con suplementos dietéticos o fitoterapia:

Tenga en cuenta que una fuente muy importante de vitamina K  puede ser  la toma de suplementos de vitaminas, de “productos naturales” o de herboristería.  Recuerde que las plantas medicinales se comportan como verdaderos fármacos, ya que las sustancias químicas que las componen pueden tener una actividad biológica en humanos. Por ello, no olvide comentarle a su médico todo lo que toma.  En algunos casos, no hacerlo puede ser la causa de que no se alcance un control adecuado.

Por su mayor consumo y grado de interacción queremos destacar el ajo y el hipérico, también denominado pasiflora o hierba de San Juan. Mientras que el ajo aumentaría el INR potenciando el sangrado, la pasiflora disminuiría el efecto de los anticoagulantes orales. Cuando nos referimos al ajo, no estamos hablando de su utilización en pequeñas cantidades en la cocina, sino a hacerlo en grandes cantidades o en presentaciones como pastillas o perlas de ajo,  lo cual sí podría conducir a un aumento del INR y a una potenciación del sangrado.

El listado de plantas medicinales que pueden interferir en su tratamiento es  largo. Le aconsejamos no utilizar las siguientes plantas o preparados que las contengan, dado que pueden alterar su INR: ajo, alholva, angélica, boldo, calabacera, cambronera, cúrcuma, ginkgo biloba ,  ginseng, haba tonca,  hipérico, ispágula, jenjibre, palmeana, salvia y zaragatona.

Aunque no se han comunicado interacciones, es prudente evitar el uso de plantas que contengan salicilatos, como  la ulmaria  y el sauce. También aconsejamos evitar el uso de plantas que contengan derivados cumarínicos, como el melitoto (también denominado trébol dulce) y la asperilla, además de la haba tonca ya citada, que se utiliza en algunas preparaciones de gin tonic o recetas de alta gastronomía.

Varios productos utilizados en la medicina tradicional china (Dong Quai, Danshen, Kangen-Karyn) podrían interaccionar con warfarina produciendo un incremento en e INR. El Kangen-Karyn contiene, entre otras cosas, Salvia miltiorrhiza al igual que el Danshen, mientras que el Dong Quai es angélica (Angelica sinensis), ambas con propiedades anticoagulantes.

Existe una notificación en la literatura de interacción de anticoagulantes orales con grandes cantidades de mango, de papaya y también con cantidades elevadas de té verde.

Respecto de los suplementos dietéticos no disponemos de mucha información, de modo que es recomendable que los evite a menos que los autorice su médico. Estos incluyen cualquier suplemento mineral y vitamínico que contenga vitamina K o vitamina E (consulte la etiqueta).

Recuerde que si los suplementos se tomaran con regularidad y en las mismas dosis, siempre representarían un menor problema que si sólo se toman de vez en cuando, es decir de forma intermitente.

Evite, pues, el uso de plantas medicinales si antes no ha consultado al respecto a  su médico, especialmente si es una de las citadas.

Desde un punto de vista práctico recuerde que debería evitar:

  1. Hacer cambios bruscos alimentarios, como por ejemplo  un uso desmedido del curry, sobre todo si es ocasional. Recuerde que el curry (cuyos ingredientes fundamentales son la cúrcuma, el coriandro, la guindilla, el jenjibre, la mostaza, alholvas y otras especies) tiene en su composición  varias de las plantas citadas anteriormente.
  2. Consumir gintonics o preparaciones que utilicen el haba tonka.
  3. Consumir cantidades muy elevadas de té verde o variar mucho en cuanto a la frecuencia de su consumo.


  1. “Herramienta de búsqueda para ver que hay en los alimentos que come” (What’s in the Foods You Eat Search Tool) que esta disponible en la pagina de internet siguiente: http://199.133.10.140/codesearchwebapp/(tkeac3quimopqqyyyi3ooemy)/codesearch.aspx. Usted también puede ir a: http://www.ars.usda.gov/services/docs.htm?docid=12096.

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