precocinados

Alimentos preparados para niños y sal

Las comidas preparadas para los niños pequeños con frecuencia contienen demasiada sal, según un estudio.
Instan a los padres a la conveniencia de unas comidas y tentempiés más saludables.

JUEVES, 21 de marzo (HealthDay News) — Las comidas y refrigerios envasados para los niños pequeños podrían contener niveles preocupantes de sal, informan investigadores de EE. UU.

Más de tres cuartas partes de 90 comidas para niños pequeños evaluadas por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU. eran ricas en sodio, según un estudio reciente.  Las comidas preparadas para los bebés eran menos alarmantes, hallaron los expertos, que reportaron sobre el contenido de sodio de 1.115 productos para bebés y niños pequeños usando los datos por porción de marcas privadas importantes.  “Los productos que evaluamos para bebés y niños eran relativamente bajos en sodio”, señaló Joyce Maalouf, miembro de la división de prevención de la enfermedad cardiaca y el accidente cerebrovascular de los CDC. “Desafortunadamente, los productos alimentarios para niños pequeños (las comidas y los refrigerios) tienen cantidades más altas de sodio”, señaló. Esos productos están destinados a niños de 1 a 3 años de edad.

Consumir demasiado sodio, el principal componente de la sal, puede conducir a la hipertensión, que es un factor de riesgo de la enfermedad cardiaca y el accidente cerebrovascular. Además, los estudios han sugerido que el gusto de los niños por la sal podría reducirse si consumen menos sodio a una edad temprana, apuntó Maalouf. “Los niños no nacen con un gusto por la sal”, anotó.

Los investigadores definieron un producto como rico en sodio si superaba los 210 miligramos (mg) de sal por porción. La Asociación Americana del Corazón recomienda limitar la ingesta de sodio a menos de 1.500 mg al día, pero algunas comidas para niños pequeños contenían hasta 630 mg por porción, el 40 por ciento del total diario recomendado.  “Las comidas para niños pequeños contenían entre 100 mg a 630 mg por porción”, señaló Maalouf. El promedio fue 369 mg, y el 71 por ciento de las comidas eran ricas en sodio.  Los investigadores evaluaron cuatro refrigerios salados para niños pequeños, por ejemplo queso con galletas, y hallaron que contenían entre 70 mg y 310 mg por porción.  Las barritas de cereales para niños pequeños contenían entre 0 y 85 mg de sodio por porción. Los refrigerios de frutas para niños pequeños tenían entre 0 y 60 mg por porción.

Maalouf no nombró las marcas de los productos. “El propósito principal del estudio era observar las categorías alimentarias, no comparar marcas”, comentó. “Incluso dentro de la misma marca, observamos una amplia variación respecto al sodio”.  Aún así, típicamente los productos precocinados como los macarrones con queso, el queso con galletas, la pasta con pollo, la pizza de pepperoni y la sopa de pollo y fideos contienen altos niveles de sodio, añadió Maalouf.

Maalouf dijo que el mensaje para los padres es que lean las etiquetas nutricionales y elijan los artículos bajos en sodio.
Los hallazgos no sorprenden a Julia Zumpano, dietista registrada del departamento de cardiología de la Clínica Cleveland. Las comidas pre-empaquetadas para los bebés tienden a ser más bajas en sodio, ya que contienen apenas uno o dos ingredientes, con frecuencias verduras o frutas, y las porciones son más pequeñas que las de los niños pequeños.

La popularidad de los alimentos precocinados, que define como “cualquier cosa que venga en una caja, bolsa, congelado o enlatado” ha aumentado junto con el creciente número de familias en que ambos padres trabajan, señaló. Los padres trabajadores recurren a estas comidas porque tienen poco tiempo.
Para reducir el sodio, sugirió equilibrar un almuerzo pre-empaquetado rico en sodio con una cena más saludable y con menos sodio. Para el refrigerio, elija frutas, como una manzana, en lugar de queso y galletas pre-empaquetados.

Su directriz respecto al máximo de sodio es más estricta que la usada para el estudio. “Un único alimento, como una rebanada de pan, una porción de queso o un aderezo para la ensalada debería tener menos de 140 mg”, planteó.  Los padres también deben enseñar a los niños que las comidas y refrigerios envasados se pueden disfrutar ocasionalmente, pero no todos los días, comentó.

Adaptado del Artículo por HealthDay, traducido por Hispanicare
FUENTE: Joyce Maalouf, M.P.H., fellow, division, heart disease and stroke prevention, U.S. Centers for Disease Control and Prevention, Atlanta; Julia Zumpano, R.D., registered dietitian, Cleveland Clinic Department of Preventive Cardiology, Ohio; March 21. 2013, presentation, American Heart Association annual meeting, New Orleans

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